Los instaladores y los técnicos de electrodomésticos ya no son lo que eran... yo cuando era pequeño quería ser técnico de televisiones, era un trabajo fascinante, como el de médico. Cuando se te rompía el televisor (y digo EL televisor, ya que solo teníamos uno) se llamaba al técnico y esperabas a que viniera, rezabas para que llegara antes de que pusieran tu programa preferido -papá crees que vendrá antes del sábado, no me quiero perder Mazinger Z- sonaba el timbre un par de días después y allí estaba el TÉCNICO, con su maletín (como he dicho, parecido a un médico), sin prisa, preguntaba que dónde estaba el enfermo, abría su maletín, desmontaba la tele, probaba, soldaba, limpiaba... mientras mi padre y yo le hacíamos todo tipo de preguntas-¿Para qué sirve esto?¿es grave?¿se quedará arreglado hoy?- El técnico pacientemente te iba contestando y si lo pillabas de buenas incluso te daba trucos para que la pudiésemos arreglar nosotros la próxima vez... alguna vez lo conseguimos y esa es la verdadera felicidad. Por fin la tele se veía, la cerraba, guardaba su material cuidadosamente y se iba, dejándonos recuperándonos de esos dos días sin televisión. Todavía recuerdo hasta el olor del técnico, no es que fuera agradable pero compensaba aguantarse por todo lo se aprendía.
Sin embargo ahora los instaladores o técnicos prácticamente se han convertido en transportistas, se llevan el viejo y te traen uno nuevo. Ayer me trajeron una nueva lavadora y se llevaban la vieja, y eso hicieron, no tardaron más de dos minutos. En el camión le quitaron los anclajes, la bajaron, empezaron a quitar plásticos... les pregunté si podían dejarle sellado el desagüe para que no salieran olores y me dijo que para eso había una pieza que podía comprar en una ferretería, les dije si llevaban alguna (que se la pagaba) y me contestaron como si les hubiera preguntado si llevaban pizzas, que cómo iban a llevar eso (la verdad es que tengo unas cosas, un instalador de lavadoras llevando la pieza para el desagüe, es que no tengo la cabeza donde hay que tenerla...), colocaron la toma de agua, la empujaron dentro del hueco y como si hubieran sido un par de fantasmas se fueron, ya de camino al camión les iba oyendo decir en la lejanía: -las instrucciones están en el tambor... Cuando abrí el tambor veo que trae cuatro piezas para tapar los huecos que dejan los anclajes de la cubeta, ¿para qué se lo van a poner? Eso es demasiado entretenido, y cuando la pruebo me dice la lavadora que la presión del agua es muy baja... y tanto, se han dejado el grifo cerrado... bueno, al final he cumplido mi sueño, soy instalador de mis propios electrodomésticos, ahí me toca a mi, sacar la lavadora, ponerle los protectores, abrir el grifo, sellar el desagüe, nivelarla... eso sí, ya me han dicho que no espere que esta me dure lo que la otra... eso anima mucho cuando te acabas de comprar algo, que no te va a durar mucho es justo lo que quieres oír.
Así ya no quiero ser instalador...